ARTICULO PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL NUMERO DE ENERO de 2014 DE LA REVISTA GRANDES ESPACIOS
Los inicios de la industrialización en el Norte de España traen consigo la necesidad de energía eléctrica, por lo que las pendientes y aguas de Picos de Europa son el objeto de varios proyectos que buscan su aprovechamiento hidroeléctrico mediante obras que hoy serían consideradas inverosímiles.
Fruto de estas iniciativas surgen las centrales eléctricas de Urdón, la cercana central de Poncebos en el Cares, o la fallida del río Casaño.
En estos proyectos se busca canalizar el agua de ríos y surgencias para aprovechando el fuerte desnivel de los valles producir la energía eléctrica en un salto de Agua.
Cercana a la ruta del cares, y hermana de ésta en sus características, la senda de la canal de Reñinuevo, recorre las aguas del río urdón y del arroyo de Reñinuevo desde su inicio en la Bardina del Nacimiento hasta la central eléctrica de Urdón, en un recorrido aéreo y complicado no apto para los que tengan el mínimo vértigo. Tramos volados sobre el vacío, o excavados a mitad de pared, se combinan con estrechos pasos sobre roca apenas protegidos en alguna ocasión. El resto del tiempo cuando el caminante no esta con medio cuerpo sobre el vacío, se recorre “cómodamente” por encima del muro del canal.
Recorrido
La ruta parte del Pueblo cántabro de Tresviso al que llegaremos o bien por carretera AS-264 Arenas-Tresviso, o bien caminando desde La Hermida
Tras probar en Tresviso un buen queso Picón, que con el Cabrales y el Gamonedo forman la primera división de los quesos azules españoles, partimos del pueblo por su parte superior junto a unas modernas cuadras, para descender primero por praderías, luego atravesando un bosquecillo de hayas y robles, y finalmente por unas vertiginosas escaleras talladas en la roca hasta llegar a las trasparentes aguas del río Urdón y la surgencia de la Bardina del Nacimiento donde tiene lugar la captación de aguas del Canal.
Tras cruzar un doble puente junto a una vistosa cascada de agua tomamos el primer contacto con el muro del canal por el que tendremos que avanzar gran parte de nuestra ruta. El muro de 40 cm de ancho se recorre con facilidad y dispone en algunas ocasiones de un pasamanos, si bien deberemos tener precauciones en zonas musgosas que pueden ser en épocas húmedas muy resbaladizas.
En aquellas ocasiones en que el canal atraviesa mediante túneles los contrafuertes rocosos que descienden de la Sierra de Bejes, deberemos abandonar el muro para sortear por zonas más propicias el obstáculo natural.
Nos encontraremos el primero de estos inconvenientes a los pocos minutos de recorrer el canal, teniendo que descender en busca de la Caseta de Reñinuevo. y retomar posteriormente el Canal
Proseguiremos llegando al puente colgado sobre el arroyo del río Chico, con magníficas vistas sobre los precipicios del valle, y que la prudencia recomienda atravesar de uno en uno.
Aquí comienza la Media Galería, un tramo tallado en la roca similar en estructura pero más angosto a la vecina senda del Cares. por el que continuaremos sin más dificultades que la posibilidad de mojarnos con las abundantes goteras que caen del techo hasta llegar a la canal de Aguas negras.
Un desprendimiento de rocas y agua hace unos años, se llevó parte del recorrido en este punto, siendo necesario descender por una zona lavada de rocas para flanquear esta dificultad y poder tras una corta travesía retornar al canal, que recorreremos bien en ocasiones por el muro del Canal o bien por tramos de media galería hasta llegar al impresionante Corredor de Matallana.
El Corredor es un largo pasillo de hormigón totalmente colgado del vacío que intimida hasta a aquellos que no sufren de males de vértigo.
Nuestro siguiente obstáculo natural lo sobrepasamos en esta ocasión por su parte superior, ascendiendo hasta la cercana collada de Matallana, desde donde descenderemos para recuperar un largo tramo por el muro del canal hasta el túnel del Candilluco al que nos adentraremos.
Si hasta el momento eran los vértigos y el vacío nuestra principal preocupación, ésta da paso a la claustrofobia de circular por encima de una estrecha plancha de acero a oscuras por el interior de un túnel con la posibilidad de caernos a un canal de aguas rápidas.
Solo nos queda llegar hasta el Casetón de electra del Viesgo, ubicado en una pequeña repisa colgada del vacío con unas vistas espectaculares sobre los contrafuertes de Cuetodave y en un escenario digno de películas clásicas como el Nido de las Águilas o la más reciente Máximo Riesgo.
Unas estrechas escaleras dotadas de imprescindible pasamanos descienden vertiginosamente junto al tubo que de modo vertical conduce las aguas del canal que nos han acompañado en todo nuestro recorrido para la generación de electricidad en la Central de Urdón.
Tras un fuerte descenso atravesando algún pequeño túnel llegaremos a un camino que después de todo lo que hemos pasado nos parecerá una auténtica autopista y nos conducirá hasta nuestra meta en la central de Urdón y la cercana carretera de la Hermida, punto final de la ruta.