Siempre vuelves al Tabayón, aprovechando una nevada para raquetear por el bosque, con las primeras hojas del hayedo en primavera, o por supuesto para disfrutar del espectáculo de colores del Otoño. Una vez que conoces esta ruta siempre vuelves.
Tanto es así que comparando las fotografías que tengo a lo largo de los años de esta ruta casi puedes ver la evolución del hayedo, los cambios en las modas de la ropa de montaña que llevamos, como han ido creciendo mis hijos o la decadencia de algunas cabañas.
Aunque hay variantes, la ruta clásica parte del pueblo de Tarna, un cartel a la entrada del pueblo marca claramente el inicio por un caleyón ascendente en dirección al cementerio del pueblo.
Tras pasar las cabañas de Les Llenares, por el camino ya iremos encontrando grandes hayas que nos flanquean hasta Terreos. Aquí el camino se divide en dos, a la izquierda y con mayor pendiente ascenderemos a los Llanos del Toro, donde se pueden contemplar dos magníficos robles declarados monumento nacional. A la derecha nuestra ruta continua con una pendiente mas humanizada en dirección al arrollo de Requexada que baja del circo del mismo nombre y donde en los días más crudos del invierno se forman varias cascadas de hielo escalables por algún “trastornado”.
El arroyo forma aquí una serie de pequeños saltos y para salvarlo usaremos un pequeño puente de madera. -Spoiler Alert- Si en tu grupo va algún fotógrafo al llegar a este punto lo perderás por el resto del día, pues por muy lento que camines mientras saca el trípode y se prepara para sedar el agua del arroyo (fotografías a baja velocidad) y realiza varias composiciones, tu estarás ya casi a mitad de la ruta.
Siguiendo la pista por esta ladera llegaremos a la fuente de los Arellales, donde se ha instalado una pequeña mesa con bancos que invita claramente a una pausa. Desde aquí la senda ya mucho más estrecha continua por el Monte Saperu sin salvar ya grandes desniveles en lo que nos resta de día.
Si bien las fotografías de la ruta nos suelen mostrar siempre el Tabayón como protagonista, personalmente para mi es este hayedo el que hace que vuelva año tras año a esta ruta.
En muy pocos sitios tienes la sensación de estar íntimamente dentro del bosque como aquí. En otras rutas por los hayedos asturianos como Valgrande, Monte Peloño, Montegrande, recorres el bosque por una pista y la sensación que tienes es precisamente esa, estar en una pista que atraviesa en bosque. Por el contrario, en monte Saperu, la estrechez de la senda y un sotobosque relativamente abierto y limpio transmiten mucho más la sensación de inmersión en el bosque.
Sin muchos esfuerzos añadidos la senda nos lleva a la zona de Las Cabaniellas (sin rastro de ellas por cierto) donde el bosque se abre y obtenemos una magnifica vista del Cantu del Oso al norte, de las praderas de la Campona y justo encima el propio Tabayón.
Junto a él la gran mole que forma el picu del Cuetu Negru. Hace años un amigo de la zona me contaba que tras la guerra y con las carencias, solo habían sobrevivido a la caza los venados que se refugiaban en las zonas más escarpadas de este pico. Viendo lo abrupto y vertical de las laderas sobre el arroyo del Mongayu o las que vierten sobre el rio Ablanosa no me atrevería a descalificar esta historia, aunque sin embargo también me la contasen en la vega de Enol, refiriéndose a los rebecos en las laderas de la Peña santa (la de Enol claro). Hambre, quieras que no, la hubo por todas partes.
En la Campona, frente a una gran cabaña que cada año esta mas vencida tenemos el lugar óptimo para sentarnos, refrescarnos y comer, mientras esperamos a los compañeros que hemos perdido desde primera hora de la ruta, y que 300 fotografías después aparecen con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
Pocas indicaciones más hacen falta para llegar al pie del Tabayón casi siempre ya visible desde este punto. Para matar el aburrimiento mientras los maniacos de la fotografía intentan sacar todos los ángulos posibles al salto de agua y si las fuerzas acompañan, existe un pequeño sendero bastante olvidado y resbaladizo por la parte derecha de la cascada que permite subir a la parte superior del circo del Mongayu. Ruta que permitiría pasar por detrás del Cuetu Negru, descender a la Majada de Vega Pociellu y cerrar el circuito por el Monte de Fabucao (otra Joya), y la majada de la Ablanosa. Palabras mayores que recomiendo para otro día con más horas de luz.
Consejos fotográficos
Se trata de una ruta para disfrutar fotográficamente en cualquier época, pero especialmente en otoño donde los colores suelen alcanzar su máximo a finales de octubre o principios de noviembre.
El haya es un árbol que permite el paso de muy poca luz, por lo que en el interior del hayedo nos estaremos pegando con unas velocidades de obturación muy bajas, diafragmas abiertos e Iso alta. Todo tiene fácil solución con un trípode si estás dispuesto a pagar el precio de llevar más carga en la mochila y tardar el triple en hacer cada foto.
Un 50mm 1.8 u otra lente fija de gran abertura es otra opción válida que además te permite jugar con los desenfoques en las composiciones.
Los días soleados te pueden aportar más saturación de color, sin embargo, tendrás una abismal diferencia de luz entre las zonas donde entre el sol y las de penumbra. Personalmente para las fotografías del hayedo recomiendo un día nublado donde estos contrastes se minimizan.
Recuerda por ultimo que como dije al principio siempre vas a volver al Tabayon, así que por muy ávido de fotos que te veas… guarda la cámara un rato y disfruta del Bosque