Cuando Jovellanos padre de la ilustración en España escribía «.. la famosa Peña Ubiña, que se cree ser la más alta de España…vese desde tierra de Segovia y desde muy dentro del mar…» todo parece indicar que se estaba dejando arrastrar por el magnetismo de una montaña y de un macizo que ha causado la misma impresión a lo largo de la historia, y que atrae en la actualidad a escaladores, alpinistas, esquiadores y senderistas en general a recorrer o descender sus vías, caminos o corredores.
Junto a la majestuosidad de las cimas de Ubiña la facilidad para acceder rápidamente a recorridos de alta montaña desde Tuiza de Arriba, el puerto de la Cubilla, Lindes o Torrebarrio hacen de este pequeño macizo un reclamo para todos los amantes de los grandes espacios.
Declarado Parque Natural en 2006, y desde 2012 incluido dentro de las Reservas de la Biosfera por la UNESCO, Ubiña ofrece rutas y posibilidades para las 4 estaciones del año y con niveles de dificultad al gusto del caminante.
Presentamos una serie de rutas con una variada dificultad física fácilmente realizables en raquetas complementadas con ascensiones invernales donde si bien ninguna de ellas presenta pasos de trepada o escalada, las condiciones invernales pueden hacer que parte de los recorridos presenten zonas mas difíciles, o donde el hielo y la nieve hagan necesario el uso de prudencia, crampones y piolet.
La práctica totalidad de estas rutas discurre por zonas de alta montaña, expuestas a aludes y donde tristemente en los pasados años se han sucedido accidentes de gravedad. Una conocimiento de nuestras propias fuerzas y de las condiciones de la ruta se hace imprescindible para poder recorrerlas con garantias y disfrutar de la experiencia de un macizo que ha hechizado a traves de los siglos a viajeros y caminantes.
Tuiza – Meicín – Peña Cerreos
Sencilla ruta para adentrarnos en el corazón del Macizo de Ubiña realizable por completo si las condiciones son propicias en raquetas.
Partimos de Tuiza de Arriba siguiendo un empinado camino situado en la parte superior del pueblo, y dejando a nuestras espaldas la inconfundible silueta del cordal de la Mesa y la Tesa.
Tras las fuertes rampas iniciales el sendero se dulcifica discurriendo pegado a los derrumbaderos que caen de Prao Albo, y el Canalón Oscuro y ganando poco a poco altura hasta llegar a La Portiecha (portilla) , lugar de separación de pastos y que dejaremos cerrada tras nuestro paso.
Otra fuerte rampa nos conducirá hasta las vegas de Braña Luenga, el caminante avisado de antemano, podrá encontrar justo al coronar la pendiente alguno de los abundantes restos de fortificaciones de la guerra civil que se pueden hallar en todo el macizo. Tras atravesar la amplia vega con vistas a la gran cara norte de Ubiña y a todo el circo de cimas que de los Castillines, El siete, y los Portillines llegamos al Meicin, con el nuevo refugio y su fuente como punto de descanso casi obligado.
Desde el Meicin, veremos ya perfectamente lo que nos resta de trayecto hasta el alto de Terreos, un marcado collado que separa Peña Ubiña de nuestra meta final, Peña Cerreos.
Cada montañero negociará los 350 metros de desnivel hasta el collado según sus fuerzas, sin más complicaciones que la pendiente y la obligada atención a placas de hielo que cualquier actividad invernal presenta.
En las laderas que bajan desde Cerreos se abre un corto y fácil corredor que por su orientación suele presentar buenas condiciones y que ha servido a lo largo de los años como escuela de iniciación a las técnicas invernales del hielo.
Dejando esta variante para otra mejor ocasión coronamos el collado Terreos para ver por primera vez la cara sur la más amable de Peña Ubiña. Desde este punto la ascensión hasta la cima de Cerreos se desarrolla por una ladera de moderada pendiente y sin ninguna dificultad tecnica reseñable.
La cima punto defensivo en las escaramucas de la guerra civil presenta una trinchera en todo su perímetro fácilmente visible si la nieve no lo oculta.
Como en toda ascensión invernal siempre existe la posibilidad de placas de hielo que hagan necesario el uso del piolet y los crampones.
Circuito en torno a Tapinón y Siegalaba, con ascensión al Fariñentu
El conjunto de cimas formado por el Tapinón, Siegalaba y el campanario forman por el noreste de Tuiza uno de los conjuntos de mas difícil ascensión del macizo, presentando un bonito circo vertical en su cara norte que asemeja salvando las distancias a la mucho más famosa Copa del Tiatordos.
Esta travesía circular nos permitirá un recorrido de alta montaña por alguno de los puntos más aislados del macizo. La mayor parte del circuito es raquetable, si bien deberemos informarnos bien del estado de la nieve, pues el descenso final se realiza por zonas con alto riesgo de aludes, siendo desaconsejable abordarla tras fuertes nevadas.
Abandonamos Tuiza de Arriba dejando Peña Ubiña a nuestras espaldas esperándonos para otra ocasión y nos dirigimos ganando altura suavemente por entre praderas hasta el collado del Viso (1538m). Según se gane altura, el caminante que lejos de mirar solo al frente se gire, obtendrá una de las mejores perspectivas del gran circo norte de Peña Ubiña.
En el collado del Viso abandonamos la senda que en descenso continua hasta Jomezana para continuar siempre en ladera hacia la majada del Foxón, y tras bordear modesta cima que da nombre a la majada llegar a la gran vega de Valseco.
Tras descender unos metros por el Canalón de Fondos, flanqueando las crestas de la izquierda de la canal, el paisaje se abre para dar paso a la inmensa mole de Peña Rueda, las aguas del Txegu y las más alejadas paredes de los Huertos del Diablo.
En ascenso y dirección Suroeste la ruta nos va conduciendo a la vega del Cheturbio (lago Turbio), una pequeña charca totalmente helada en época invernal. Al oeste nos espera la cima del Fariñentu mientras al sureste podemos ver ya el Bocarón, la estrecha horcada a la que retornaremos para descender a Tuiza.
La ascensión desde este punto a la cima del Fariñentu es de apenas 300 metros de desnivel, y no presenta fuera de la época invernal más dificultad que la pendiente, sin embargo las laderas rocosas y generalmente venteadas hacen que la ascensión invernal presente en muchas ocasiones zonas mixtas de hielo y roca de difícil transito.
Las vistas desde la cima de todos los puertos de Agueria y las cimas que los rodean siempre recompensan al montañero que ha decidido invertir su esfuerzo.
De vuelta en el Bocarón cerramos nuestra travesía circular descendiendo las fuertes pendientes del valle de las estacas. Importante anotar aquí que tras fuertes nevadas la parte alta del valle es muy propicia a los aludes.
Lindes-Puertos de Agueria-Peña Rueda
Los Puertos de Agueria limitados en por el oeste por las impresionantes paredes verticales de los huertos del Diablo y por el este por la majestuosa pirámide de Peña rueda son uno de los mayores tesoros del Parque Natural Ubiña-La Mesa. El recorrido que se propone alejado de las rutas y ascensiones más tradicionales, nos llevara desde el quirosano pueblo de Lindes hasta la Cima de Peña Rueda (2155m). Una ruta exigente de fondo físico y donde se deberá tener en cuenta las horas de luz disponibles para la jornada.
Partimos Junto a la iglesia de Lindes por en medio del pueblo para por un muy embarrado camino ganar altura, atrás dejamos el desvió al hayedo de Lindes que siendo una excelente opción para tiempos otoñales no es el objeto de la excursión.
La senda continua ganando altura entre hayas hasta el Collau (1261m) donde tras reponer aliento comenzaremos el corto descenso hasta las Foz grande y las frías aguas del rio de su mismo nombre.
El cruce del rio puede presentar problemas en época invernal, existiendo un precario tronco que a modo de improvisado puente nos permite el transito.
El camino ya mas cómodo en la parte derecha del rio gana altura entre las verticales paredes que forman la Foz grande, que se abren de repente al llegar a los puertos de Agueria, en uno de los paisajes más hermosos de todo el macizo.
La senda perdida a veces entre bosquecillos de tejos y acebos va ascendiendo por las majadas de los Cuadros y la Cardosina en dirección al Lingleo, el amplio cerro que separa las vertientes de Lindes y la de Ricabo. La variante clásica de esta travesía desciende plácidamente por el valle hasta Ricabo, sin embargo nuestro destino en la cima de peña rueda nos fuerza a acometer toda la inclinada ladera de peña Rueda hasta su cima.
Piolet y crampones y unos adecuados conocimientos de técnica invernal se hacen prácticamente imprescindibles hasta coronar la amplia cima (2155). Al contemplar la trinchera defensiva que rodea el perímetro, resto de la guerra civil, uno no puede más que pensar en la dureza que los soldados habrían de pasar en los inviernos de la contienda.
Cerramos el circuito utilizando la considerada ruta normal a la peña, descendiendo por el Vaso de Rueda, la Vallina Grande y tras atravesar la majada de Manín de arriba coger el marcado sendero que sin complicaciones nos devolverá a Lindes.
Articulo publicado en la Revista Grandes Espacios