Siempre tiene que haber un comienzo

Siempre tiene que haber un comienzo. Y todo blog debe tener su primer artículo.

Debería ser un texto donde el autor pone por escrito lo que pretende contar, y sirve de esa manera como contrato con los lectores que a partir de ese momento saben a que atenerse cuando visitan la página.

Suele pasar y quizás sea mi caso, que el autor solo tiene ideas vagas de lo que quiere transmitir, y más que un contrato el primer artículo se queda en una vaga declaración de intenciones, que el tiempo y la entropía van poco a poco desvelando en la medida que se publican otros artículos.

Ya me gustaría a mi tenerlo tan claro como Estorbin, o al menos poder transmitirlo tan íntimamente como ella hace, pero dicen que cada maestrillo tiene su librillo por lo que tendré que sin más demoras ponerme a buscar el mio.

Vayamos pues por partes: Montaña, fotografía, creatividad

La montaña es una pasión que los no iniciados en ella no comprenden, desde fuera las razones para sufrir las inclemencias del tiempo, o el esfuerzo físico necesario para alcanzar una cima no son fácilmente entendibles, e incluso para los que tenemos esa pasión, muchas veces tampoco podemos explicarnosla.

La montaña es una pasión que los no iniciados en ella no comprenden,

Igualmente es difícil explicar ese impulso creativo que llevó a las mujeres de las cavernas a pintar figuras estilizadas en las paredes, que impulsa al niño a garabatear papeles, o que me impulsa a mi a intentar crear y expresar ideas e imágenes nuevas.

A mitad de camino he puesto la fotografía, que descubrí a los 15 años de la mano de una cámara Zennit Rusa comprada en la Vega de Enol a unos espeleólogos polacos que equiparon de material de montaña inmejorable a media generación de montañeros asturianos.

La fotografía me ha permitido conjugar la pasión por los grandes espacios y las cimas  con esa necesidad de crear imágenes que me permitan  transmitir las sensaciones que he vivido.

“Todos esos momentos se perderán como gotas en la lluvia” es una parte del monologo final de la película Blade Runner en la que el replicante antes de morir recita algunas de las maravillas que ha visto en su corta vida.

Junto a los compañeros de fotografi.es utilizamos el lema “Como gotas en la lluvia”  para bautizar una colección conjunta de fotografías, expuesta en Gijón, con la idea de que la fotografía permite que todos esos momentos vividos en la naturaleza no se pierdan en el tiempo como gotas en la lluvia.

Esa misma pretensión, y una falta de imaginación galopante me hacen ahora reutilizar el título para dar nombre al blog.

Siempre tiene que haber un comienzo, este ha sido el de este blog. Y ahora cuando el viento norte anuncia las primeras nieves del Otoño es hora de cerrar el ordenador y meter la cámara en la mochila